Pamela, Verónica y Alberto, son tres hermanos que unieron sus fuerzas para crear TAIICO, un joven y exitoso grupo de la rama de los seguros.
Pamela comenzó con este proyecto hace tres años, 17 años trabajando en el mundo de los seguros la respaldan e inició junto con su hermano Alberto cuando él tenía solo 21 años y con quien se asoció con la finalidad de ser un modelo diferente de promotoría de seguros, donde su principal diferenciador es la innovación y tecnología.
Él terminó su carrera en Boston, EU, donde estudió Negocios Internacionales especializándose en Supply Chain Management, que se concentra en los modelos que generan valor en una empresa como modelos informáticos, de practicidad y procesamiento, para hacer eficientes las empresas, cuando su intención era quedarse a trabajar allá justo Pamela lo invitó a una convención internacional en Argentina, donde se empapó de todo el tema de seguros.
“Nuestro plus es la tecnología”, Verónica tiene 33 años y se integró a sus filas hace apenas uno, ella se dedica a la operación administrativa, contable y financiera del grupo.
Después de tres años, TAIICO cuenta con una cartera de más de 30mdp en 2019 protegiendo a más de 1,000 familias.
Procesos eficientes
Hoy en día, las personas buscan la practicidad en cuestión de alcance, y la inmediatez que se puede lograr a través de la parte tecnológica, no obstante, siguen buscando la parte humana y cálida.
“TAIICO permite tener a sus clientes y agentes todas las pólizas al alcance de su mano en los momentos más importantes”.
Cuentan con más de 100 agentes entre los cuales se encuentran Ana Victoria Becerra y Julio César Gómez quienes han sido galardonados, a nivel nacional e internacional, por su labor como asesores.
Ellos se encargan de reforzar la parte humana del proceso, como la asesoría individual, el tener a alguien que realmente se proecupe por ti, te acompañe y te asesore en los momentos más importantes y difíciles de tu vida. Su labor es hacer conciencia en las familias mexicanas sobre la importancia de tener un seguro.
Texto: Ana Laura Santos / Fotos: Roberto Tetlalmatzin